GRAFTED: ‘La Sustancia de Nueva Zelanda’.
Wei es una joven científica que viaja desde China a Nueva Zelanda para tratar de culminar la investigación de su padre, un eminente biólogo cuya obsesión por ‘arreglar’ su rostro terminó en un desastroso experimento y una muerte brutal. En Auckland, Wei comparte casa con otras dos chicas, quienes la marginan. A partir de ahí la película nos presenta sus problemas para adaptarse al instituto, teniendo en cuenta que Wei es socialmente torpe y está acomplejada por su apariencia, pues presenta en el rostro el mismo defecto que tenía su padre.
Cinta debut de la neozelandesa Sasha Rainbow, “Grafted” es una inquietante exploración del terror corporal y los estándares de belleza que impone la sociedad. De obligada comparación con “La Sustancia”, el film neozelandés es más sencillo que la cinta de la francesa Coralie Fargeat en su abordaje de la búsqueda de la perfección, además de tener una trama más endeble y de tono adolescente, en parte también a su menor presupuesto. Pero ambas películas funcionan como divertida sátira de nuestra sociedad y son un relato sombrío sobre los peligros de la obsesión con la apariencia y el precio de intentar encajar en un mundo superficial. El final de este tipo de películas siempre suele ser el mismo: el protagonista acaba convirtiéndose en lo que quería evitar y la moraleja podría resumirse en que la búsqueda obsesiva de la belleza puede llevarnos a perder nuestra identidad y humanidad.
“Grafted” también aborda, aunque sea en forma de comedia negra, el tema del bullying y la marginación social, que es lo que acaba llevando a la joven protagonista a su inevitable y fatídica huida hacia delante.


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