Matt Damon sirve para todo y se lo puede encontrar uno en cualquier sitio. Igual se pierde en la Segunda Guerra Mundial (“Salvar Al Soldado Ryan”), como se lo dejan tirado en Marte y hay que ir a rescatarlo (“Marte”) o se encuentra perdido en un rincón del universo allá donde Cristo perdió la bandolera (“Interstellar”) o aparece por Coruña para visitar la Fundación Amancio Ortega.
https://www.laopinioncoruna.es/vida-y-estilo/gente/2019/01/26/matt-damon-visita-coruna-23875410.html
Sus dos últimas pelis son buenas y entretenidas.
En “El Último Duelo” nos lo topamos en la Francia medieval del siglo XIV dando vida a un caballero que reta a duelo a muerte al violador de su esposa, un anterior compañero suyo. El film, dirigido por el incombustible Ridley Scott, está basado en un hecho real y nos muestra los tres puntos de vista del hecho en cuestión: la violación, esto es, los puntos de vista del marido acusador (Matt Damon), el acusado (Adam Driver) y la esposa víctima (Jodie Comer). Presenta, por lo tanto, similitud con “Rashomon”, una de las obras maestras de Akira Kurosawa.
En el lado bueno, la presencia de una muy atractiva Jodie Comer; y en el lado malo, la actuación del siempre sosainas Ben Affleck.
En “Cuestión de Sangre (Stillwater)” Damon es un padre que viaja desde Oklahoma a Marsella para visitar a su hija, que lleva cinco años encarcelada acusada de haber asesinado a una compañera suya. La chica sigue defendiendo su inocencia y Damon hará todo lo posible para encontrar pruebas que la exoneren. Pero ante la maraña de los recursos judiciales y el poco interés de la policía en investigar, Damon opta por hacer las cosas a su ruda manera y hará lo que haga falta para sacar a su hija de la cárcel.
Una 'Pequeña Miss Sunshine' (Abigail Breslin) ya crecidita recibiendo la visita de 'papá Damon'
Película también muy absorbente e imprevisible según va avanzando. Interesante el contraste entre el carácter de la América profunda representada en Damon y la vida francesa de la chica con la que investiga e inicia una relación amorosa, integrándose así en la vida marsellesa.
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