HOLY SPIDER

En la ciudad iraní de Mashhad un hombre de mediana edad, casado y con hijos, se dedica por las noches a matar prostitutas o, como él dice, a ‘purificar la sociedad de mujeres corruptas’. Las recoge en su motocicleta fingiendo ser un cliente, las lleva a su casa y allí las mata estrangulándolas, tirando después sus cuerpos en descampados. Una periodista llegada desde Teherán decide investigar por su cuenta los asesinatos, descubriendo el poco interés de las autoridades por resolver los crímenes.

 

La joven periodista constata el auténtico machismo incluso entre sus compañeros de trabajo y la policía.


La película está filmada por Ali Abbasi, cineasta iraní afincado en Dinamarca desde 2002, siendo éste su tercer largo. Mezcla de thriller y drama social, nos muestra un film sobre asesinos en serie con una estructura distinta a la habitual en la que el asesino se va descubriendo a lo largo del metraje. Aquí, el film sigue al asesino en serie desde el principio, mostrando la normalidad de su vida cotidiana, en su trabajo y con su familia. Un hombre con una doble vida: por un lado, un buen padre y fiel esposo y por otro, un despiadado asesino, pero que no es mostrado como un demente fanático, sino como un hombre normal convencido de estar ganándose el cielo de Alá. Cuando por fin es arrestado y juzgado en un mediático juicio, los medios y la sociedad lo consideran un héroe, pues es visto como un ciudadano que está liberando las calles de ‘mujeres viciosas e indecentes’. Sin duda esto es lo más curioso de la película: ver cómo la sociedad y la opinión publica iraní aborda el comportamiento de este hombre y sobre todo el quizás inesperado final, inesperado tanto para el asesino como para el espectador. También el hecho de que la película no se no desarrolle en el contexto habitual de las sociedades occidentales más o menos seculares y pertenecer al ecosistema cerrado de Irán, convierte a la cinta en una especie manifiesto político.

 

Mehdi Bajestani interpreta a Saeed, el implacable asesino.


Basada en el caso real de un asesino que en 2001 mató en Mashhad a 16 prostitutas, la cinta retrata el hermetismo y misoginia de la sociedad iraní. El papel protagonista de la joven periodista es para Zar Amir Ebrahimi, actriz iraní nacida en 1981 y nacionalizada francesa. Al igual que su compatriota, Golshifteh Farahani, tuvo que huir de Irán a causa del represivo régimen político iraní y establecerse en Francia. Ebrahimi había sido condenada a 10 años de prisión y 99 latigazos tras la divulgación sin su consentimiento de un vídeo íntimo suyo. Huyó de Irán antes del ‘juicio’. 

 

El film tuvo que ser rodado en Jordania, por motivos obvios, pero aún así bajo las presiones del férreo régimen iraní.

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