Cuando parece que todo está ya escrito o inventado, siempre aparece algún cineasta audaz para dar una nueva vuelta de tuerca y deslumbrarnos con una película con sorprendente giro final. Este es el caso de “Buenas Noches, Mamá”, cinta austríaca de terror psicológico escrita y dirigida en 2014 por la dupla formada por Severin Fiala y Veronika Franz.
Dos hermanos gemelos están esperando en su casa el regreso de su madre tras una operación de cirugía estética. Ésta vuelve con la cara vendada y mostrándose fría y distante. Este cambio de personalidad hace que los dos hermanos sospechen que la mujer no es su verdadera madre, sino una impostora.
Se podría decir, sin ánimo de hacer spoilers, que “Buenas Noches, Mamá” es una especie de mezcla entre “El Club de la Lucha” (1999) de David Fincher y “El Otro” (1972) de Robert Mulligan, pero aquí con una trama mucho más esculpida y trabajada, creando una inquietante atmósfera de desasosiego y tensión.
Los directores juegan con el espectador de la misma manera que M. Night Shyamalan en sus films, desviándonos la atención y haciendo que nos fijemos en la parte contraria a la que deberíamos mirar.
El éxito de la cinta ha hecho que se haya estrenado en 2022 un remake en Estados Unidos de igual título y protagonizado por Naomi Watts. El remake americano cuenta con más efectos visuales ‘aterradores’ típicos de las películas americanas de terror, pero para nada alcanza la gran tensión psicológica de la cinta austríaca. El desenlace es en esencia el mismo, pero está cambiado ligeramente parece que con el objetivo de dar todo más mascado al espectador. En mi opinión: desaconsejo por completo ver solamente la peli americana; mejor visionar ambas o quedarse sólo con la austríaca original.
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