LOS QUE SE QUEDAN (THE HOLDOVERS): el glorioso reencuentro de Alexander Payne y Paul Giamatti.

En la Navidad de 1970 Paul Hunham (Paul Giamatti) es un profesor autoritario y cascarrabias de un prestigioso internado de Nueva Inglaterra que se ve obligado a pasar las vacaciones navideñas junto con unos estudiantes que, por diversos motivos, no tienen donde ir. Tras los primeros días, sólo quedan el profesor, uno de los estudiantes (un problemático chico con sus propios traumas) y la jefa de cocina, una cocinera negra que acaba de perder a su hijo en la guerra de Vietnam. Contra todo pronóstico la convivencia les llevará a crear un insólito vínculo.

Alexander Payne, el maestro de la comedia dramática americana, nos deja una nueva muestra de su buen hacer: su particular cuento de navidad ‘dickensiano’. Sin duda, su mejor película desde la también magnífica “Entre Copas” (2004), también con Paul Giamatti de protagonista.

El variopinto trío protagonista: el estudiante Dominic Sessa, la cocinera Da'Vine Joy Randolph (que se llevó el Oscar como actriz secundaria) y el gran Paul Giamatti.


“Los Que Se Quedan” es una película moralista, humanista y emotiva que dibuja cómo las clases sociales pueden constreñir la vida de las personas. Tiene la habilidad tanto de conmover como de provocar una sonrisa, de esas cintas que permanecen en nuestras mentes semanas y meses después de haberlas visto dejándonos ese halo de melancolía.

Película de personajes mediocres que buscan (y encuentran) un cambio en su vida, personajes que se llevan mal, pero se ven obligados a pasar un tiempo juntos, lo que les lleva a limar asperezas, comprenderse mutuamente y acabar haciéndose amigos. Grupos anómalos que terminan funcionando que ya vimos en cintas como “El Último Deber” (1973), “El Club de los Cinco” o “Mejor Solo Que Mal Acompañado”. “Los Que Se Quedan” es una radiografía sobre encontrarse a uno mismo donde y cuando menos lo esperas, el valor de la compañía, hallar tu propio camino cuando ni siquiera tú mismo confías en ti y todo ello con un humor seco que se sumerge en el aprendizaje a través del fracaso: la ‘sabiduría’ del perdedor.

 

Alumno y profesor aprenden inesperadamente valiosas lecciones vitales el uno del otro.


Todos los actores están estupendos, pero destaca un inmenso Paul Giamatti, sin duda, unos de los actores americanos más versátiles del cine actual. Más habitual en papeles secundarios que protagonistas, Giamatti lleva ya años mereciendo un Óscar.

Comentarios